¿Qué es la salud?

Entre el compromiso y la vocación de llevar sanidad a hombres mujeres y niños primero está la visión de qué sanar y cómo hacerlo.

Por ello descubrimos en la Biblia que nuestro amoroso Dios y creador nos señaló ordenanzas y estatutos para que "ninguna enfermedad" caiga sobre nosotros:  «Si escuchas atentamente la voz de Jehová, tu Dios, y haces lo recto delante de sus ojos, das oído a sus mandamientos y guardas todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié sobre los egipcios traeré sobre ti, porque yo soy Jehová, tu sanador» (Éxodo 15: 26).

Parece mentira que entre los teólogos cristianos y los médicos de cualquier país del mundo exista una vergonzosa incongruencia (Falta de acuerdos) de lo que es el ser humano y cómo tratar sus enfermedades, trastornos y dolencias.

Considerando lo que dice Éxodo podemos asegurar que el pueblo elegido llevó consigo todas las normas de salud y era para demostrar al mundo la providencia y sabiduría de Dios para prevenir y curar ¿Por qué hoy se desprecian esas normas sanitarias, por ejemplo, la prohibición de comer animales inmundos (Levíticos 11)?

Este trabajo no alcanzaría su objetivo de educar si viviéramos 50 ó 100 años atrás. Pero hoy es posible, como pide Éxodo 15: 26, que alguno "escuche atentamente, dé oídos", a éstas enseñanzas.

El año 1948 la Organización Mundial de la Salud hizo un enfoque holístico del ser humano debido a la existencia de muchos trabajos de investigación aportados por sus afiliados que demostraban un esquema olvidado revelado en la Biblia: "espíritu, alma y cuerpo", y que ahora  podía  unir cuatro dimensiones en un sólo concepto: “La salud es un completo estado de bienestar físico, mental y social y no meramente la ausencia de enfermedad o incapacidad y en armonía con el medio ambiente”.

Esto nos lleva a observar que existen factores desencadenantes de enfermedades cuando no hay equilibrio entre lo físico, lo mental, lo social y lo medio ambiental.

Hoy, con más de 50 años, podemos comprender a la O.M.S. y hacer reflexiones teológicas aceptables, que nos lleven a acuerdos para aceptar a la ciencia médica y sus avances, porque sí los tiene.

Los médicos cristianos están en la obligación científica, social y moral de curar "espíritu, alma y cuerpo". Que no es otra cosa que preparar a hombres, mujeres y niños para la venida de Cristo con toda la gloria de su Padre y con sus ángeles (Mateo 16: 27). Contrato establecido de cuidar todo el ser: "Que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser --espíritu, alma y cuerpo--sea guardado irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo" (1Tesalonicenses 5: 23).

Pero en definiciones científicas, nuestros médicos siguen en la incongruencia porque los teólogos gastan casi todas sus energías en convencer (y lo logran) de que el ser humano es más un ente "espiritual", que tiene un "alma" que salvar y no importa el cuerpo, ni lo social, ni lo medio ambiental.

Así pensaban los discípulos al encontrarse con Jesús que creían que la resurrección no rescataba el cuerpo físico:
"Mientras aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos y les dijo:
--¡Paz a vosotros!
Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían un espíritu. Pero él les dijo:
--¿Por qué estáis turbados y vienen a vuestro corazón estos pensamientos?  Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy. Palpad y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.
 Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies.  Pero como todavía ellos, de gozo, no lo creían y estaban maravillados, les dijo:
--¿Tenéis aquí algo de comer?
Entonces le dieron un trozo de pescado asado y un panal de miel.  Él lo tomó y comió delante de ellos"(Lucas 24: 36-43).

Pablo exige tener responsabilidad de un ser holístico. La OMS define perfectamente la responsabilidad de sanar cuerpo, mente, lo social y lo medio ambiental.

El asunto espiritual, de que es responsabilidad de CristoJesús concedernos ese maravilloso poder, el cual no poseemos de manera inherente, como se nos ha hecho creer al definir al ser humano de manera subjetiva, que aceptamos a priori para eludir el trabajo holístico, humanitario, debe ser despertado en nosotros como una extraordinaria necesidad para lograr realizar maravillas que hoy no podemos hacer. Así se desprende de las palabras del Señor:

 »Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá,  porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.  ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos, pues esto es la Ley y los Profetas" (Mateo 7: 7-12).

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